Adentrando a este mundo de conocer mi cuerpo y lo que me gusta, lo que me hace sentir delicioso; encontré que aparte de estimular mi clítoris y la penetración vaginal, había otra zona del cuerpo que iba empezar a estimular y es el punto G. En la ducha, luego de un día de largo trabajo y con unos deseos jugosos de excitarme bien delicioso, me dispuse a introducir dos dedos (medio y anular) sin ningún aderezo. De pie, con la...
Junto a mi novio hemos intentado de todo ¡casi de todo!. Para no ahondar en detalles de las situaciones perversas pero deliciosas que hemos tenido, les quiero comentar netamente de la estimulación y relajación que sentí el primer día que se decidió a lamerme los pies. Llevaba meses insistiendo en que quería vivir esa sensación de que me lamieran los pies, mi novio no estaba de acuerdo con eso, de alguna manera le provocaba asco ¡En serio le provocaba asco!...
Nunca había entrado a una sexshop, lo sexual no es un tema que se hablen en los colegios y por supuesto cuando era joven en mi familia, ni que se hablara de aquello. Debo confesarles que si sentí pena, pero ha sido la sonrojada más deliciosa que he tenido porque me ha permitido conocer y amar cada parte de mi cuerpo.
Era joven, llena de vigor y el deseo desbordaba por todos lados... Y por otros lados, me refiero a todos los rincones de mi cuerpo. El chico con el que andaba en ese entonces, me sugirió usar un juguete en forma de pene para masturbarme los días en que él no estaba ¿Será que era muy caliente?
En ocasiones, me precipitaba al dolor que podía sentir cuando nunca lo había sentido. Necesité de mucho lubricante, paciencia y excitación para lograr que mi Susana (el nombre de bello ano) dilatara de la mejor manera.
